Rocía los cojines
Los malos olores no surgen por sí solos: tienen sus fuentes. Una de ellas son los cojines, sofás, cortinas y alfombras, que lavamos con mucha menos frecuencia que las sábanas. Para refrescarlos, puedes utilizar un spray especial para textiles o una mezcla de agua y vinagre.
Pon una vela en el café
¿Te gusta el olor del café? No hace falta que prepares un espresso para olerlo. Hay un truco más sencillo: llena un recipiente de cristal o cerámica con granos de café, pon en él una vela encendida y el aroma a café se extenderá rápidamente por todo el piso.
Rociar perfume en una bombilla
Esto es un poco raro, pero funciona bien: rocía tu perfume favorito sobre una bombilla fría, deja que se seque y enciéndela; el aroma que llenará la habitación será sutil y apenas perceptible. Los aceites esenciales también sirven para este método: pon el que más te guste en un bastoncillo de algodón y luego limpia el vaso con él.
Utiliza extracto de vainilla
No sólo puedes añadirlo a los productos horneados, sino que también puedes utilizarlo para aromatizar tus habitaciones: aplica el extracto en trozos de esponja y luego colócalos en distintas habitaciones. Lo mejor es que el lugar sea cálido, por ejemplo, cerca del radiador.
