La concentración, la memoria, la calidad de la visión… todos estos factores dependen directamente de lo bien que se suministre sangre al cerebro. Y la nutrición del cerebro depende directamente de la postura.
El cerebro es uno de los órganos que más energía consume: consume hasta el 20% de todo el oxígeno que entra en nuestro cuerpo y «come» el 20% de todas las calorías. La gran cantidad de nutrición le permite hacer funcionar todos los órganos y sistemas sin problemas, e incluso distraerse con pensamientos de grandes cosas en el medio.
Se habla mucho de cómo mejorar la función cerebral mediante la dieta o la medicación, pero poca gente recuerda que uno de los principales factores que ralentiza el flujo sanguíneo al cerebro es una mala postura.
Anatomía de la atención
El cerebro es el epicentro de nuestro cuerpo, y éste se encarga de que este órgano VIP reciba suficiente nutrición. Por lo tanto, siempre hay un buen flujo sanguíneo hacia el cerebro. Pero el flujo de salida puede ser problemático. La vena, a través de la cual se produce la principal salida de sangre de la cabeza, pasa por la base del cráneo y la primera vértebra cervical. Esta zona es fácil de encontrar: en la primera cervical la cabeza cabecea. Realice un ligero movimiento ascendente y descendente de la cabeza y sienta lo relajada que está esta zona.
