Estamos acostumbrados a ser eficientes y competitivos. Ser perezoso, holgazanear, hacer el tonto – esto no va con nosotros. Y hoy en día mucha gente considera el descanso no como un «no hay nada que hacer» ocioso, sino como una forma de pasar el tiempo con provecho: aprender algo, visitar algún lugar, ir al gimnasio una vez más.
Pero la pereza no existe en psicología. Si no queremos hacer algo, significa que no tenemos motivación ni entendemos por qué la necesitamos. Explicamos cómo salir de este estado.
¿Por qué ocurre esto?
1. falta de propósito
Ya has alcanzado un objetivo, pero no te has fijado uno nuevo. Por eso tu cuerpo no produce la hormona dopamina, responsable del placer de cumplir tus aspiraciones. Cuando te entusiasmas con una nueva idea, el cuerpo te apoya a nivel bioquímico.
2. Fatiga y agotamiento
La pereza puede ser un síntoma de fatiga o agotamiento. Sin motivación, cualquier tarea puede conducir a un estado que se convierte en un mecanismo de defensa de la psique.
