Son muchas las razones que influyen en la formación de las actitudes:
– La educación.
Las actitudes pueden ser transmitidas por los padres u otros adultos significativos. Por ejemplo, si los padres enseñan a un niño que la honradez es importante y le dan ejemplo personal, el niño interioriza esta actitud.
– La experiencia.
Las actitudes pueden formarse a partir de las experiencias personales de una persona. Por ejemplo, si una persona ha vivido experiencias desagradables en el pasado, puede tener una actitud negativa hacia una situación u objeto similar.
– La educación.
Las actitudes también se forman a través de la educación. Por ejemplo, si un profesor insiste constantemente en la importancia de estudiar, un alumno puede adoptar la actitud de que los nuevos conocimientos son útiles. Si sólo se hace hincapié en las notas, puede que no se formen actitudes sobre el valor del conocimiento.
– La cultura.
Algunas actitudes vienen determinadas por la cultura en la que vive una persona. Por ejemplo, en algunas culturas las familias tienen tradicionalmente muchos hijos, mientras que en otras no es así.
– Las normas sociales.
Las normas sociales también influyen en la formación de actitudes. Por ejemplo, si la sociedad cree que es importante ser respetuoso con los mayores, muchas personas interiorizan esta actitud.
Las fuentes de formación de actitudes son muchas. Cada estereotipo de pensamiento puede estar influido por un factor o por varios al mismo tiempo. Las actitudes pueden cambiar bajo la influencia de una situación externa o en función de un motivo interno.
