Una vida familiar próspera no puede existir sin amor. Los cónyuges deben mantener su vínculo afectivo, ya que de lo contrario puede debilitarse debido a las dificultades que inevitablemente surgen durante los años de vida en común. . El trabajo de los psicólogos familiares se dirige en gran medida precisamente a ayudar a las personas a conservar y aumentar el amor por su pareja.
El amor es un sentimiento estable y profundo de apego emocional, que se desarrolla con el tiempo. Implica confianza, respeto, cariño, comprensión mutua y el deseo de estar cerca.
El amor está orientado a las relaciones duraderas. Hace que una persona experimente una amplia gama de emociones y experiencias. Una pareja enamorada intenta cuidar del bienestar y la felicidad de su otra mitad, quiere hacerle la vida mejor.
El amor se manifiesta en el apoyo diario y en la capacidad de trabajar juntos para resolver problemas. En una relación sana, el amor se hace más fuerte con los años. Los sentimientos se hacen más fuertes cuando la pareja atraviesa juntos diversos retos.
El sentimiento de amor suele extenderse no sólo a la pareja romántica, sino también a los hijos, amigos, padres y otros parientes. Por eso, en las relaciones familiares hay varios tipos de amor a la vez: conyugal, entre hijos y padres, entre hermanos, etc.
La crisis de transición entre el enamoramiento y el amor:
Es importante no confundir el amor en las relaciones familiares con el enamoramiento. El enamoramiento es un sentimiento muy intenso pero de corta duración. Suele ocurrir de repente y dura entre unos meses y un año. El enamoramiento va acompañado de pasión, excitación y deseo de estar cerca de la pareja todo el tiempo.
