Estado emocional. La ansiedad constante y el miedo a posibles enfermedades pueden provocar el desarrollo de depresión, así como el agravamiento de trastornos de ansiedad ya existentes.
Estado físico. Una preocupación excesiva por su salud puede llevarle a medicarse con frecuencia, lo que a su vez puede causar efectos secundarios o incluso provocar complicaciones médicas.
Coste económico. Las frecuentes visitas al médico, los procedimientos de diagnóstico y los medicamentos pueden acarrear importantes costes económicos.
Autoestima. Los sentimientos constantes de vulnerabilidad y preocupación por la propia salud pueden reducir la autoestima de una persona y provocar sentimientos de impotencia y dependencia de los profesionales médicos.
Vida personal. La hipocondría puede afectar a las relaciones con la pareja, los amigos y la familia. Una persona puede hablar con frecuencia de sus miedos y preocupaciones, lo que puede resultar agotador y alienante para sus seres queridos.
Comprender cómo afecta la hipocondría a la vida puede ayudar a los pacientes a reconocer la gravedad de su enfermedad y buscar ayuda especializada.